"El palomar rústico de Castilla, no sólo decora y amuebla el paisaje, lo calienta. Es una referencia en la inmensidad desolada del páramo".
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Miguel Delibes
Los palomares
Los palomares tradicionales eran construcciones realizadas con materiales locales, que servían para la cría de pichones. Estos animales constituían un complemento a la pobre dieta de los labriegos terracampiños y una fuente de ingresos gracias a la venta de guano o palomina.
Algunos historiadores plantean sus orígenes en la colonización romana y en la Edad Media.
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En Medina de Rioseco existen seis palomares que tienen las siguientes características: eran construcciones por lo general circulares, cerradas al exterior, robustas y adaptadas al clima continental, de inviernos fríos y veranos calurosos y secos.
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Aunque se encuentren alejados unos de otros, tienen una relación entre sí.
En el interior, una serie de muros concéntricos albergaban los huecos para los nidales para las palomas llamados pateras o buracas.
Sobre la cimentación de mampostería se levantaban los tamales adosados unos a otros, siendo el revestimiento exterior una lechada de cal, lo cual ayudaba a protegerlo de la humedad.
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Es importante:
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la elección del terreno: lejos de arboledas y una distancia adecuada del agua.
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la orientación: protegido de vientos fríos
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la organización del tejado: para que la luz entre y tomen el sol las palomas, y a la vez que estén protegidas.